BOLETÍN DIGITAL No. 531 “NO SOLO DE PAN VIVE EL HOMBRE” (Mt 4,4)
“NO SOLO DE PAN VIVE EL HOMBRE” (Mt 4,4)
‒ Miércoles de ceniza, inicio de preparación a la Semana Santa‒
¡El miércoles de ceniza está a la vuelta de la esquina! Es este 22 de febrero. En este día se acude normalmente a los templos para que se nos imponga la ceniza como signo de nuestra penitencia por nuestros pecados que nos alejan del amor de Dios y como signo del deseo de conversión de parecernos más a Jesús. Esto nos ayuda a prepararnos a celebrar la pasión, muerte y resurrección de Jesús, en la Semana Santa, que será allá por el 2 al 9 de abril.
Entonces, el Miércoles de Ceniza marca el inicio de la Cuaresma, 40 días que la Iglesia Católica propone como tiempo penitencial. Desde los inicios de la fe cristiana, cuando una persona pecaba gravemente, se le imponía la ceniza, recorría la ciudad vestida con ropas penitenciales y celebraba la reconciliación el Jueves Santo. Posteriormente, la práctica de la penitencia pública disminuyó, pero se conservó la imposición de la ceniza a todos los fieles.
En este contexto penitencial se entiende el ayuno propio del Miércoles de Ceniza como del Viernes Santo. Hay un mandamiento de la Iglesia que dice: “Ayunar y abstenerse de comer carne cuando lo manda la Iglesia”. Ayunar significa renunciar a lo que nos llena de muchas maneras, pero no sacia el corazón. El ayuno nos enseña a elegir lo que realmente cuenta en la vida, y es cuando aparece la caridad como su consecuencia natural.
El ayuno se entiende en desayunar algo muy ligero (un té y una fruta), una comida normal, una cena también ligera y obliga a todos los mayores de edad, hasta los 59 años. La abstinencia de carne se practica los viernes de cuaresma y es válido para los de 14 años en adelante. Se trata hacer experiencia de que “no solo de pan vive el hombre” (Mt 4,4) y de estar disponibles de ayudar al necesitado.
No es solo lo alimenticio, sino también ayunar de mentiras, enojos, resentimientos, egoísmo, falsas seguridades, odio, violencia. Cuando recibimos la ceniza (“conviértete y cree en el Evangelio” o “recuerda que eres polvo y al polvo has de volver”, llamado a la conversión y recordatorio de nuestra caducidad), significa manifestar públicamente nuestro arrepentimiento, compromiso de cambio y hacer penitencia por los pecados cometidos.
Ángela Pamela Reyes Pérez. Integrante de la Pastoral de la Comunicación.
Comentarios
Publicar un comentario