BOLETÍN DIGITAL No. 548 EL MUNDO NECESITA PADRES
EL MUNDO NECESITA PADRES
Día del Padre
Nadie nace padre, sino que se hace. Y no se hace sólo por traer un hijo al mundo, sino por hacerse cargo de él responsablemente. Todas las veces que alguien asume la responsabilidad de la vida de otro, en cierto sentido ejercita la paternidad respecto a él.
En nuestra sociedad, los niños a menudo parecen no tener padre. También la Iglesia de hoy en día necesita padres. La amonestación dirigida por san Pablo a los Corintios es siempre oportuna: “Podrán tener diez mil instructores, pero padres no tienen muchos” (1 Co 4,15); y cada sacerdote u obispo debería poder decir como el Apóstol: “Fui yo quien los engendré para Cristo al anunciarles el Evangelio”. Y a los Gálatas les dice: “Hijos míos, por quienes de nuevo sufro dolores de parto hasta que Cristo sea formado en ustedes” (4,19).
Ser padre significa llevar al niño en la experiencia de la vida. No para retenerlo, sino para hacerlo capaz de ser libre. El amor que quiere poseer, al final, siempre se vuelve peligroso, aprisiona, sofoca y hace infeliz. Dios mismo amó al hombre con amor, dejándolo libre incluso para equivocarse. La lógica del amor es la libertad.
El mundo necesita padres, rechaza a los amos, es decir: rechaza a los que quieren usar la posesión del otro para llenar su propio vacío; rehúsa a los que confunden autoridad con autoritarismo, servicio con servilismo, confrontación con opresión, caridad con asistencialismo, fuerza con destrucción. Toda vocación verdadera nace del don de sí mismo, que es la maduración del simple sacrificio.
La paternidad que rehúsa la tentación de vivir la vida de los hijos está siempre abierta a nuevos espacios. Cada niño lleva siempre consigo un misterio, algo inédito que sólo puede ser revelado con la ayuda de un padre que respete su libertad. Un padre que es consciente de que completa su acción educativa y de que vive plenamente su paternidad, cuando ve que el hijo ha logrado ser autónomo y camina solo por los senderos de la vida.
Siempre que nos encontremos en la condición de ejercer la paternidad, debemos recordar que nunca es un ejercicio de posesión, sino un “signo” que nos evoca una paternidad superior. ¡Feliz día de Padre!
Pbro. Adrián Hernández Martínez. Vicario.
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