BOLETÍN DIGITAL No. 524 CONTAMOS CON UN TIEMPO LIMITADO

CONTAMOS CON UN TIEMPO LIMITADO

‒ Vivir con sentido construyendo la paz ‒

Antes que nada, ¡feliz año nuevo! Es el primer día de este 2023, quizás enfiestados y desvelados, pero agradecidos por el regalo de la vida, la familia, los amigos, el trabajo en tiempos de inflación y la fe en la Providencia. Démonos tiempo para reflexionar brevemente sobre el tiempo, los frutos que se van logrando y la meta de nuestra existencia. 

Sobre el tiempo, hay expresiones que utilizamos de cómo lo vivimos: “pasar o matar el tiempo”, “comamos y bebamos que mañana moriremos”. El tiempo nos recuerda nuestra finitud: “Nuestras vidas están medidas por el tiempo, en el curso del cual cambiamos, envejecemos y al final aparece la muerte como terminación normal de la vida… no contamos más que con un tiempo limitado para llevar a término nuestra vida” (Catic 1007).

Pero también es cierto que el tiempo somos nosotros mismos porque somos memoria del pasado: la infancia, padres, educación, los estudios, etc., somos hoy lo que fuimos; memoria del futuro: somos como una flecha que va hacia adelante, somos esperanza, caminando hacia lo nuevo, hacia la plenitud; memoria del presente, el hoy se nos va como el agua entre las manos, es fugaz, vivimos el hoy como queremos vivir.

“La gloria de mi Padre está en que den mucho fruto” (Jn 15,8), nos recuerda Jesús. Pasemos por la vida haciendo algo más que comer, beber y divertirse. El tiempo permanece cuando se vive con intensidad. El tiempo del reloj es muy distinto al vivido. Los minutos, las horas y los años pasan, lo vivido y realizado quedan. Al tiempo vivido se le llama Kairós. Quizás no se tenga éxito, lo importante es que se llene de sentido nuestro tiempo ahí donde estemos.

Se piensa que la salida a la vida está en la ciencia, en la última tecnología. La eterna juventud no existe. Está, más bien, en la resurrección de Jesús. La salida al tiempo está en la eternidad. (Cf. Muro Tomás, El tiempo termina en la eternidad, Religión Digital). Vivir es recordar y proyectar. Hagamos que en este nuevo año el tiempo transcurra en paz. La aceptación serena de la existencia y la de los demás, con las limitaciones que se tienen, es fuente de paz interior. Sin esta, no se construirá la paz. No nos cansemos de trabajar por la paz. ¡Feliz año 2023! 

P. Florentino Lucas Valdez.                                                                                                                    Párroco.                                                                                       


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