BOLETÍN DIGITAL No. 518 IDEALES VIGENTES: JUSTICIA, EDUCACIÓN Y RECONCILIACIÓN

IDEALES VIGENTES: JUSTICIA, EDUCACIÓN Y RECONCILIACIÓN

‒ 112 aniversario de la Revolución Mexicana ‒


Hay muchas injusticias, sí, y nos corresponde hacer algo para ponerles fin. Conviene, por supuesto, saber bien de qué se tratan porque, ¿cómo ofrecer un remedio si no se conoce la enfermedad? No sea que creyendo combatir gigantes, como don Quijote, nos estrellemos con molinos de viento. Las revoluciones suelen ofrecer el romper con el pasado y el empezar un todo nuevo, pero a veces se vuelve a lo mismo o a situaciones peores.

No hay acontecimiento en la historia que no surja de otros que lo hayan precedido y que no llegue a ser origen de otros. La Revolución Mexicana es un ejemplo de ello, es la primera de las grandes revoluciones sociales del siglo XX. Fue un conflicto armado, iniciado el 20 de noviembre de 1910 y terminó con la promulgación de la Constitución de 1917, siendo la razón de este hecho histórico el combatir las injusticias y establecer la democracia. 

“La reflexión histórica nos abre al presente y nos interpela hacia el futuro, en tanto que los ideales propuestos…por la Revolución se nos presentan hoy con nuevos rostros, en situaciones mucho más complejas” (Presentación Carta Pastoral, “Conmemorar nuestra historia desde la fe, para comprometernos hoy con nuestra Patria”, 2010). Debemos descubrir en los desafíos de nuestro presente la oportunidad de ser partícipes en la sociedad.

En el tiempo presente, nuestra sociedad mexicana debe asumir tres prioridades en el camino como Nación: a) el acceso equitativo a los bienes de la tierra, promoviendo la justicia y la solidaridad; b) el crecimiento en la cultura con una mayor conciencia de la dignidad y oportunidad de desarrollo, con una educación integral y de calidad para todos; c) la reconciliación, alcanzando armonía e integración en sus distintos componentes sociales y políticos, pero buscando el bien común y el respeto de unos y otros (Ibid., n. 117).

El aniversario de este acontecimiento “no puede agotarse en un mero recuerdo de ciertos hechos que han marcado nuestro pasado. Conviene reiterar que el significado de nuestro itinerario histórico se descubre a la luz de la fe, cuando miramos lo que hemos sido y el modo como en este caminar se ha preparado lo que actualmente somos” (Ibid., 59).   

 P. Adrián Hernández Martínez.                                                                                                                     Vicario.

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