BOLETÍN DIGITAL No. 514 EL SANTO MÁS INVOCADO
EL SANTO MÁS INVOCADO
‒ San Judas Tadeo ‒
En un país donde la seguridad, la economía, la salud, la educación están en crisis, por más que se les niegue a través de un discurso evasivo y distractor, la búsqueda de referencias lleva a veces a agarrarse de donde se pueda y, lo religioso tiene un papel de suma importancia, para encontrar sentido a lo adverso, consuelo ante el dolor o sufrimiento, anhelo de encontrar protección y fortaleza para seguir caminando con esperanza.
Describiendo el aspecto religioso de nuestra Diócesis, el Marco de Realidad afirma que “una de las expresiones de la fe sencilla de nuestro pueblo es la devoción a los Santos, trasmitida por la familia, y en su anhelo de encontrar protección y fortaleza ante tantas situaciones de dolor y sufrimiento. Según la encuesta realizada recientemente en las parroquias, el santo más invocado popularmente es San Judas Tadeo, patrono de las causas difíciles” (MR 62).
Judas Tadeo es llamado por la tradición uniendo dos nombres diversos: mientras Mateo y Marcos lo llaman simplemente “Tadeo” (Mt 10,3; Mc 3,18), Lucas lo llama “Judas de Santiago” (Lc 6,16). No se sabe de dónde viene el sobrenombre Tadeo, quizás del arameo “taddà”, que quiere decir “pecho” y significaría “magnánimo”, o una abreviación de un nombre griego como “Teodoro, Teódoto” (cf. Benedicto XVI, Audiencia General, 11/10/06).
A Judas Tadeo se le atribuye una de las cartas del Nuevo Testamento en la que nos dice algo muy importante: en medio de las corrientes de la vida moderna, debemos conservar la identidad de nuestra fe. Esto exige fuerza, claridad y valentía. “Pero ustedes, queridos, asiéntense firmemente en su santísima fe y oren guiados por el Espíritu Santo. Manténganse en el amor de Dios... Traten de convencer a los que vacilan...” (vv. 20-22).
Si acudimos a San Judas Tadeo el 28 de octubre, seamos “Teódoto”, es decir, “don de Dios”, don para los demás, seamos magnánimos, generosos, como él lo fue entregando su vida a Jesús. También conservemos la identidad de la fe con valentía, evitando otras creencias y malas costumbres. Hay que vivir la fe con alegría y confianza, teniendo como base la bondad de nuestro único Dios y la misericordia de Jesucristo. San Judas Tadeo, ¡Ruega por nosotros!
P. Florentino Lucas Valdez. Párroco.
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