BOLETÍN DIGITAL No. 512 “DECÍAN QUE SE HABÍA VUELTO LOCO” (Mc 3,21)
“DECÍAN QUE SE HABÍA VUELTO LOCO” (Mc 3,21)
‒ Día Mundial de la Salud Mental ‒
En México, la salud mental es un tema complicado de abordar, ya que las personas no acostumbran acudir al psicólogo porque creen que aquel que va a terapia está “loco”. La mente humana y todas sus funciones pueden desmoronarse, como un castillo de arena y verse afectadas por diferentes enfermedades que pueden aparecer en cualquier momento de la vida, desde que somos niños hasta la vejez.
El 10 de octubre se celebra el Día Mundial de la Salud Mental. La finalidad de esta fecha es sensibilizar al público acerca de los problemas de salud mental. No solo el que padece la enfermedad es el que sufre las consecuencias, también la familia sufre igualmente los efectos de estas patologías. Algunas de las enfermedades mentales más comunes son la esquizofrenia, Alzheimer, epilepsia, alcoholismo, depresión, entre otras (cuandopasa.com).
Pero, ¿qué se entiende por salud mental? “Es un estado de bienestar mental que permite a las personas hacer frente a los momentos de estrés de la vida, desarrollar todas sus habilidades, poder aprender y trabajar adecuadamente y contribuir a la mejora de su comunidad”. No se trata de una “mera ausencia de trastornos mentales” (OMS, Salud mental: fortalecer nuestra respuesta).
Jesús fue tachado de loco. “Entró en una casa. Al enterarse sus parientes, fueron a buscarlo, pues decían que se había vuelto loco” (Mc 3, 20-21). Más bien, Jesús se consagró al Padre para cumplir una misión que era la salvación de todo el género humano y hacía cualquier sacrificio para cumplirla. Jesús fue una persona sana porque su principal motivación era el amor. Contemplémoslo y sigamos esa locura por hacer el bien a los que nos rodean.
Hay que estar alertas cuando se presenten algunos signos: cambios en las conductas habituales, tener de manera prolongada insomnio o dormir demasiado, aislarse de los demás, sentir que ya nada importa, pensar en lastimarse o lastimar a otros, adicciones, etc. Es cuando hay que solicitar ayuda y acudir a los profesionales de la salud, pero, sobre todo, cultivar una espiritualidad en el amor con Jesús. ¡Cuidemos nuestra salud mental!
P. Florentino Lucas Valdez, Párroco.
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