BOLETÍN DIGITAL No. 508 “Y A TI, UNA ESPADA TE ATRAVESARÁ EL ALMA” (Lc 2,35)

“Y A TI, UNA ESPADA TE ATRAVESARÁ EL ALMA” (Lc 2,35)

‒ Nuestra Señora de los Dolores ‒

Estamos viviendo un tiempo donde la ideología social crece y se reproduce sin ser cuestionada. Se articulan algunos cuantos para decir que todo marcha bien. La realidad está siendo tomada de forma subjetiva y pareciera que lo único que se persigue es la acreditación social, hay mucho ruido y se alardea por todos los medios, pero en realidad no se está haciendo nada por el dolor ajeno, ni por el sufrimiento del débil y del más vulnerable.

Hoy en día experimentamos muchas formas de dolor. “De las problemáticas más sentidas y complejas que hoy vivimos es la delincuencia y la inseguridad, que hacen más difícil la convivencia y el desarrollo pacífico, tanto familiar como social, de nuestras comunidades” (Marco de Realidad n° 14), Además, “el precario acceso a los servicios médicos especializados y a medicamentos es una de las problemáticas más sentidas” (Ibid. n° 15).

Indiscutible, “el Desempleo se ha incrementado notoriamente” (Ibid., n° 33). También es muy preocupante la inflación de los precios. Pero, ante esta oscura y densa noche que pasa nuestro país, hemos de contemplar a Nuestra Señora de los Dolores este 15 de septiembre cuando celebramos su memoria, para que nos anime a acompañar a aquel que sufre por la enfermedad, por el secuestro de un ser querido o por la pérdida de un familiar. 

La profecía de Simeón a María: “Y a ti, una espada te atravesará el alma” (Lc 2,35), se cumple al pie de la Cruz. Entonces, “la Cruz es donde se manifiesta de manera perfecta la compasión de Dios con nuestro mundo… al celebrar la memoria de Nuestra Señora de los Dolores, contemplamos a María que comparte la compasión de su Hijo por los pecadores”. 

El misterio del dolor humano tiene respuesta en Cristo crucificado. Sin la ayuda del Señor, el yugo del sufrimiento es cruelmente pesado. María asume la nueva misión espiritual que su Hijo le encomienda: “Ahí tienes a tu hijo” (Jn 19, 26).  Por eso, “María ama a cada uno de sus hijos, prestando una atención particular a quienes, como su Hijo en la hora de su Pasión, están sumidos en el dolor” (Benedicto XVI, homilía septiembre 2008). La Virgen de los Dolores nos ayude a darle sentido al sufrimiento y evitar hacer sufrir a los demás.

P. Adrián Hernández Martínez,

Vicario.

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