BOLETÍN DIGITAL No. 505 LA MISIÓN DE ESPOSA Y MADRE

LA MISIÓN DE ESPOSA Y MADRE

‒ Santa Mónica ‒

Durante las últimas semanas hemos visto una ola de violencia en gran parte de nuestro país,  actos vandálicos y violentos que reflejan  que el Estado de derecho no existe para las organizaciones criminales. Todo comienza en casa, desde que mamá o papá se fueron y no hubo quién extendiera los brazos de amor para formar a personas con valores o sembrar en ellos la belleza del amor, la verdad y el bien.

Por otra parte, también en casa podemos encontrar la figura maternal de una señora que con inalcanzable amor se encuentra orante para con su familia. Como muestra de esto, tenemos a Santa Mónica de Hipona, modelo de las madres cristianas que inspira en mujeres y varones a buscar la conversión de sus seres queridos, tal como ella lo hizo con amor, fe, y perseverancia durante varios años. Su memoria litúrgica se celebra el 27 de agosto.

Santa Mónica tuvo que enfrentar el mal carácter que tenía su esposo Patricio: “ella sabía no oponerse a su marido enfurecido, no sólo de hecho sino ni siquiera de palabra; antes bien, cuando lo veía accesible por estar ya sosegado y tranquilo, le daba cuenta de su comportamiento” (San Agustín, las Confesiones. Libro IX, cap., IX). Asimismo, logró que se convirtiera “al fin de su vida temporal, no teniendo que lamentar en él, ya bautizado las ofensas que había tolerado antes del bautismo” (Ibid.). 

Después Mónica se dedicó al cuidado de sus tres hijos, entre ellos san Agustín, quien “bebió el nombre de Jesús con la leche materna y fue educado por su madre en la religión cristiana, cuyos principios quedaron en él impresos” (Benedicto XVI, Ángelus, 30 de agosto 2009), pero siendo joven se desvió en lo espiritual y moral. Mónica jamás dejó de orar por su conversión. Dios oyó sus plegarias, a quien san Ambrosio le había dicho: “¡no puede suceder que se eche a perder el hijo de esas lágrimas tuyas!” (Ibid., libro III, c., 12). 

Mónica, mujer sabia y firme en la fe, invita a perseverar en la misión de esposas y madres, manteniendo firme la confianza en Dios y aferrándose con perseverancia a la oración. Oremos: ¡las madres cristianas acompañen con el ejemplo y la oración el camino de sus hijos!  

Alondra Lizeth Sosa Hernández,

Integrante de la Pastoral de Comunicación.

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