BOLETÍN DIGITAL No. 501 REZAGO EDUCATIVO, UN PROBLEMA ESTRUCTURAL
REZAGO EDUCATIVO, UN PROBLEMA ESTRUCTURAL
‒ Fin del ciclo escolar 2021-2022 ‒
El pasado 14 de julio, más de una centena alumnos del Cetmar n° 20 se reunieron en la Santa Iglesia Catedral para participar de una misa de acción de gracias, con motivo de la finalización de su bachillerato. En un ambiente de fe y de alegría, acompañados de sus familias y de varios maestros, algunos estudiantes nos compartían su sentir y se deseaban lo mejor para la siguiente etapa de su vida y de sus estudios. ¡Es el fin del año escolar!
En el contacto con ellos, ante la pregunta de quiénes verdaderamente sabían leer y escribir (una pregunta que no es obvia en nuestros tiempos), una buena cantidad levantaron la mano confirmando que sí tenían estas competencias. Así se entró de lleno al tema del rezago educativo, realidad que se acentuó con la pandemia y la crisis económica que azota a nuestro país, con un total de 30 millones de mexicanos rezagados en lo educativo.
Pero, ¿Qué es el rezago educativo? “Es la condición de las personas con más de 15 años que no saben leer ni escribir o que no terminaron la primaria o la secundaria”, (Rafael Hernández Estrada, El rezago educativo, Nexos, julio 2022). El extremo del rezago educativo es el analfabetismo o carencia de las competencias mínimas de lectura y escritura que sitúan a la persona en desventajas en el ejercicio de sus derechos, produciendo la desigualdad social.
Esto orilla también a la exclusión social y a la falta de acceso a oportunidades de desarrollo en los terrenos educativo, cultural, laboral y económico. Se está “en desventaja al buscar empleos dignos o al emprender actividades o negocios que permitan satisfacer las necesidades” (Ibid.). Estamos en grandes aprietos, pues para superar este rezago educativo se llevarían unos 93 años, sin contar lo que se vaya sumando y si, además, los recursos a la educación disminuyen por una austeridad republicana, el problema se vuelve estructural.
El que algunos estudiantes terminen su ciclo escolar nos ayuda a tomar conciencia de que todo mexicano tiene derecho a la educación y apostarle a una educación integral que propicie el desarrollo humano para alcanzar la madurez. Así vivió Jesús: “El niño iba creciendo y fortaleciéndose, se llenaba de sabiduría y la gracia de Dios estaba con él” (Lc 2, 52).
P. Florentino Lucas Valdez, Párroco.
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