BOLETÍN DIGITAL No. 476 “LUZ QUE ALUMBRA A LAS NACIONES” (Lc 2,31)
“LUZ QUE ALUMBRA A LAS NACIONES” (Lc 2,31)
--El Día de la Candelaria--
En México, celebramos el 2 de febrero, con mucho ruido, la fiesta conocida como “El día de la Candelaria”, una de las tradiciones más arraigadas. Esta fiesta se le conecta con el Día de Reyes, de manera especial, con la partida de rosca, pues quienes encuentren en su rebanada un muñequito, que representa al Niño Dios, serán los encargados de comprar y poner los tamales para el día la Candelaria.
Pero lo más importante es que el día 2 de febrero de cada año se celebra la fiesta de la Presentación del Niño Jesús en el templo, ante quien Simeón dijo: “mis ojos han visto a tu Salvador, luz que alumbra a las naciones” (Lc 2,30.31). Se hace llevando a la Iglesia alguna imagen del Niño Dios para que se bendiga, así como también una vela (candela, de ahí lo de candelaria) para ser encendida, simbolizando a Jesús como luz para todo ser humano.
En el tiempo de Jesús, la ley de Moisés prescribía que toda mujer debía presentarse al templo 40 días después de haber dado a luz para purificarse: “Todo primogénito varón será consagrado al Señor y también para ofrecer, como dice la ley, un par de tórtolas o dos pichones” (Lc 2, 22-23). José y María obedientes también a la ley del Señor no esperaron y, con gran entusiasmo, llevaron al niño Jesús al templo de Jerusalén.
El evangelista San Lucas nos narra en su evangelio que en el templo se encontraba Simeón, “varón justo y temeroso de Dios”. Al entrar al templo, el anciano Simeón, movido por el Espíritu Santo, tomó en brazos a Jesús y bendijo a Dios diciendo que ya podía morir en paz porque Dios le había cumplido su promesa. Después, le dijo a María que una espada atravesaría su alma, profetizando los sufrimientos que tendría que afrontar (cfr. Lc 2, 31.35).
En estos tiempos de pandemia, aprovechemos al máximo esta fiesta para agradecer a Jesús que “ilumina a todo hombre que viene a este mundo” (Jn 1,9), pedir la fuerza del Espíritu Santo para que nos ayude a ser luz para los demás y ser profetas de las naciones, animarnos con la colaboración de la Virgen María en la obra de salvación. Con la nostalgia y preocupaciones que estos tiempos ofrecen, permanezcamos atentos a la luz del Señor.
Francisco Javier Guillermo Pérez, Integrante de la Pastoral de la Comunicación.
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