BOLETÍN DIGITAL No. 476 EL AMOR DE DIOS CRUCIFICADO
EL AMOR DE DIOS CRUCIFICADO
--El Día Mundial contra el Cáncer--
Días atrás me compartía una persona que le habían pronosticado, de manera sorpresiva, cáncer. Ella expresaba que andaba nerviosa y se preguntaba “¿por qué a mí?”, sentía temor, era una noticia que no lograba asimilar, necesitaba desahogarse porque la vida le había cambiado bruscamente. Sin embargo, también compartía que la fe en Cristo Jesús le daba mucha confianza y fuerza para entrarle al tratamiento que iba a requerir.
“Se estima que uno de cada dos hombres y una de cada tres mujeres tendrá cáncer en algún momento de su vida. Cada año se diagnostican en el mundo más de 14 millones de casos nuevos y la enfermedad provoca 9,6 millones de muertes al año. Con estas cifras, es muy probable que nosotros mismos o alguien de nuestra familia tengan cáncer en algún momento de sus vidas” (Dia mundial contra el Cáncer, diainternaiconalde.com).
Este viernes 4 de febrero se celebra el Día Mundial contra el Cáncer, cuyo objetivo es hacer conciencia en la sociedad para movilizarla en la prevención y control de esta enfermedad. “El cáncer es una enfermedad que hace que un grupo de células del organismo crezcan de manera anómala e incontrolada dando lugar a un bulto o masa, excepto en la leucemia (cáncer en la sangre)”. Si no se atiende a tiempo “el tumor suele invadir el tejido circundante y puede provocar metástasis en puntos distantes diseminándose a otros órganos y tejidos”.
En el sufrimiento es bueno recordar: “Este es mi hijo muy amado” (Mt 3,17), “mi predilecto” (Lc 3,22). Y luego mirar un crucifico: “mirarán al que traspasaron” (Jn 19,37). El amor de Dios crucificado está con nosotros en el sufrimiento. Solo mirando al crucificado se entra en la paz que el sufrimiento roba. También hay que leer “Salvifici Doloris” de Juan Pablo II.
A esto hay que agregarle los factores de riesgos que se pueden controlar: el consumo de alcohol, tabaco y drogas; alimentación y dieta; actividad y ejercicio físicos; radiaciones o exposición a sustancias cancerígenas y determinadas infecciones. Además de estar al pendiente de síntomas como los bultos y manchas en el cuerpo, cansancio, sangrados imprevistos, pérdida de peso repentina, sudores nocturnos intensos, cambios en un lunar, etc.
Florentino Lucas Valdez, Párroco.
Comentarios
Publicar un comentario