BOLETÍN DIGITAL No. 463 ¿Y LA ASAMBLEA DIOCESANA DE PASTORAL?
¿Y LA ASAMBLEA DIOCESANA DE PASTORAL?
-- El proceso pide aplazarla --
En años anteriores, a estas alturas, después de la celebración de los fieles difuntos, realizábamos la Asamblea Diocesana de Pastoral, “espacio fundamental y un tiempo privilegiado de encuentro de laicos, religiosas, seminaristas y presbíteros en torno al obispo para reflexionar y discernir lo que el Espíritu nos pide para la construcción del Reino en nuestra Iglesia particular” (PDP Marco de Realidad 294).
Nos reuníamos más de 350 agentes de pastoral para “experimentar y potenciar la comunión y participación que la comunidad diocesana” llevaba en su ritmo ordinario, con una “experiencia pastoral asumida en comunión y participación” (Ibid. 283), que pedía una evaluación seria de lo realizado en cada año pastoral, pero que también implicaba una proyección de la actividad pastoral en los diferentes niveles de nuestra vida eclesial.
Este año no tendremos la Asamblea Diocesana de Pastoral. ¿Por qué? Porque el proceso que se está siguiendo en la elaboración del marco de realidad nos pide un poco más tiempo para que las cosas se hagan bien. No se trata de tener un Plan de Pastoral a como dé lugar, sino que verdaderamente sea un instrumento que responda las necesidades de evangelización. Esto no quiere decir que se suprima la asamblea, sino solamente se aplaza.
Mientras tanto, habiéndose detectado la necesidad de fundamentar algunos aspectos de la realidad que no se encontraron en las instituciones públicas, se hicieron encuestas que se llenaron desde las parroquias, para que así se empezara a redactar el marco de realidad. Entramos prácticamente a la parte final y crucial. El equipo llamado “Marco referencial” sigue reuniéndose para darle cauce y el toque conclusivo a los trabajos que se van realizando.
A las comunidades parroquiales se les pide que retomen la programación pastoral, asumiendo el objetivo 2020. Ojalá que en nuestros programas incluyamos por lo menos tres metas: una destinada a la organización interna de cada pastoral o grupo, la otra a la vida comunitaria y la última a la elaboración del marco referencial, sin olvidar los trabajos que nos pide el sínodo en su fase diocesana. Hay que ejercitar nuevamente los músculos pastorales para el 2022.
P. Florentino Lucas Valdez, Párroco.
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