BOLETÍN DIGITAL No. 462 SANTO OBISPO GUÍZAR
SANTO OBISPO GUÍZAR
-- El testigo fiel de la bondad de Dios --
Cuando entramos a la Catedral por el pasillo central y avanzamos hacia el altar, después de las puertas laterales, por el lado izquierdo, se encuentra un vitral que, por sus colores que lo configuran le dan un aire de oración, recogimiento y alegría a nuestro templo, es el de San Rafael Guízar Valencia, el primero que se colocó cuando, allá por principios del 2017, algunos vitrales nuevos se compraron, otros solamente se restauraron.
Hoy 24 de octubre celebramos la memoria de San Rafael Guízar Valencia, el primer obispo mexicano canonizado por la Iglesia, patrono de los obispos de México. Esta fiesta no debe pasar desapercibida para los que formamos parte de esta Diócesis de Tuxpan porque la fe que ha surgido y se ha encarnado en muchos de nuestros pueblos tiene el sello de San Rafael Guízar Valencia, a través de nuestro primer obispo Ignacio Leonor arroyo, de feliz memoria.
En efecto, Monseñor Ignacio Leonor Arroyo (+) escribió un pequeño libro que tituló “Testigo Fiel: Mis Recuerdos de Monseñor Rafael Guízar y Valencia” donde plasma sus recuerdos personales y aventuras apostólicas a lado de San Rafael Guízar Valencia. Entre las anécdotas se cuenta aquella cuando el santo Obispo vino al pueblo de Castillo de Teayo, Ver., única ocasión que pisó tierras que, años después, formarían parte de la Diócesis de Tuxpan.
En concreto, ¿de qué fue testigo nuestro obispo Ignacio que lo marcó para siempre? De la bondad inagotable de Dios que llenaba el corazón de San Rafael Guízar Valencia y, por lo mismo, “testigo fiel” del amor de Dios entre nosotros, recordándonos aquello de que “hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en su amor” (Jn 4,16). El teólogo alemán Von Balthasar decía: “Solo el amor es digno de la fe”. La mirada dirigida al amor cautiva.
“Creo por eso hablo” (II Cor 4,13). De esta experiencia surgió el gran misionero que fue nuestro primer obispo Ignacio Leonor Arroyo (+). El sello evangelizador de San Rafael Guízar Valencia se lo imprimió a Monseñor Ignacio Leonor arroyo (+), quien no se cansó de poner los cimientos de la fe en la nueva diócesis que se le había confiado. Los frutos somos nosotros. ¡San Rafael, ruega para que también seamos testigos fieles de la bondad de Dios!
P. Florentino Lucas Valdez, Párroco.
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