BOLETÍN DIGITAL No. 458 “IGNORAR LAS ESCRITURAS ES IGNORAR A CRISTO”

“IGNORAR LAS ESCRITURAS ES IGNORAR A CRISTO”

-- 30 de septiembre, memoria de San Jerónimo --

Estamos por finalizar el mes de septiembre, mes de la Biblia. Al celebrar el día 30 la fiesta litúrgica de san Jerónimo, patrono de los biblistas, es una oportunidad para hablar sobre la persona de este gran santo que, como el personaje de la parábola de Jesús, vendió todo lo que tenía para comprar “la perla de gran valor” (Mt 13,46). Es un Padre de la Iglesia que tradujo la Biblia al latín y, sobre todo, se esforzó por vivirla.

San Jerónimo nació en “Estridón en el año 347, en una familia cristiana, que le dio una esmerada formación. Tras recibir el bautismo, hacia el año 366, se orientó hacia la vida ascética. Fallece en su celda, junto a la gruta de la Natividad, el 30 de septiembre del año 419-420.” (Benedicto XVI, Audiencia general, 7 de noviembre de 2007). 

¿Qué podemos aprender nosotros de san Jerónimo? De él aprendemos a amar la Sagrada Escritura. Acercarse a los textos bíblicos es esencial para el creyente, pues “Ignorar las Escrituras es ignorar a Cristo”. Por eso es importante que todo cristiano viva en contacto y en diálogo personal con la Palabra de Dios. También se nos invita a orientar nuestra vida en torno a ella, ya qué el “puso en el centro de su vida y de su actividad la palabra de Dios, que indica al hombre las sendas de la vida, y le revela los secretos de la santidad”.

No debemos leer la Sagrada Escritura como una palabra del pasado, sino como Palabra de Dios que se dirige a nosotros, y tratar de entender lo que nos quiere decir el Señor. Pero, “para no caer en el individualismo, debemos tener presente que la Palabra de Dios se nos da precisamente para construir comunión. Por tanto, aun siendo siempre una palabra personal, es también una palabra que construye a la comunidad, que construye a la Iglesia”.

Que esto nos motive a valorar más la Palabra de Dios, que la profundicemos con espíritu de oración, sea en lo personal o en familia. Tengamos cada día un momento para encontrarnos con Jesús “Camino, Verdad y Vida” (Jn 14,6), que nos ilumina, conduce y sostiene. Invoquemos a San Jerónimo y pidámosle que también nosotros sepamos “gustar de la Sagrada Escritura y vivirla intensamente” (Liturgia de las Horas IV, pág. 1414).  

P. Adrián Hernández Martínez, Vicario.


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