BOLETÍN DIGITAL No. 442 ¿QUÉ PAÍS QUEREMOS?
¿QUÉ PAÍS QUEREMOS?
-- Sigamos construyendo la democracia --
Este 6 de junio es un día trascendental porque vivimos los comicios más grandes y complejos de la historia de nuestro país, donde elegimos aproximadamente 20 mil cargos políticos: 500 congresistas (300 diputaciones de mayoría relativa y 200 de representación proporcional a nivel federal), 15 gubernaturas, 30 congresos locales (alrededor de mil diputados estatales), casi 2 mil alcaldes y 14 mil puestos entre regidurías, sindicaturas y juntas municipales.
Lo que decidimos es qué tipo de país queremos, dónde y bajo qué bases queremos que vivan nuestras familias y las futuras generaciones. No se trata de votar solamente por tal candidato por ocurrencia, porque me cae bien, o porque me regaló una gorra o cualquier otra cosa, sino de elegir con conciencia de lo que queremos los mexicanos para nuestros pueblos. Ojalá que después no estemos lamentándonos del uso irresponsable de nuestro voto.
Todo parece indicar que la democracia en México no es bien vista por una gran mayoría de mexicanos. La razón estriba en que su aplicación no suscitó un nuevo sistema de organización social que llevara a resolver las grandes desigualdades y, por lo tanto, que hubiera caminos de bienestar y desarrollo para los que menos tienen, más bien fue utilizada en razón de intereses particulares que provocó una descomposición social en diferentes aspectos.
Ciertamente la democracia es muy frágil, pero es cuestión de irla construyendo todos, aprendiendo de los errores, corrigiendo y avanzando. Así lo descubrimos en la historia. Por ejemplo, entre los griegos competían la democracia, la oligarquía y la tiranía para imponerse. El aporte de la democracia era limitar los abusos de poder, pero era presa fácil de la popularidad temporal de alguien o de algún demagogo. Sin embargo, estaba en lucha.
Jesús nos recordaba: “Saben que los jefes de las naciones las dominan como señores absolutos, y los grandes las oprimen con su poder. No ha de ser así entre ustedes, sino que el que quiera llegar a ser grande entre ustedes, será su servidor” (Mt 20, 25-26). Ante la opresión de poder, ayuda mucho la separación de poderes. Un buen ciudadano es aquel que no se queda quieto ante cualquier poder que aspire ser superior a las leyes. ¡Votemos en paz!
P. Florentino Lucas Valdez, Párroco.
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