BOLETÍN DIGITAL No. 439 EL ROSARIO, UN TESORO POR RECUPERAR
EL ROSARIO, UN TESORO POR RECUPERAR
--Mayo, mes de María--
La Iglesia ha destinado el mes de mayo para honrar a la Virgen María. El mes de mayo, es un mes dedicado para meditar y contemplar la persona de María. El Papa Francisco, nos invita a rezar el Rosario en familia todos los días, destacando la importancia de redescubrir el sentido de Iglesia doméstica.
Y, en medio de la pandemia, los que hemos tenido la oportunidad de vivir la Misa por televisión, adorar la Eucaristía a través de diferentes plataformas digitales y comulgar espiritualmente, reunirnos en familia tiene una experiencia diferente al de asistir a la parroquia y celebrar en comunidad la Eucaristía. Pero hay una cosa que podemos hacer, y que es necesario revalorar: el rezo del Rosario en casa.
El santo Rosario “propone la meditación de los misterios de Cristo para favorecer la asimilación en nuestra vida cristiana” (Rosarium Virginis Marie, n.26). María vive mirando a Cristo y tiene en cuenta cada una de sus palabras “guardaba todas estas cosas, y las meditaba en su corazón” (Lc 2,19). María nos propone continuamente a cada uno de nosotros los “misterios de su hijo”, con el deseo de que sean contemplados. Cuando rezamos el Rosario, la comunidad cristiana está en sintonía con el recuerdo y la mirada de María.
Rezar el Rosario no tiene por qué causar temores pensando que se desplaza a Dios para poner en el centro a María; por el contrario, como escribió en su carta el santo pontífice Juan Pablo II, el Rosario está “orientado al centro cristológico de la fe cristiana, de modo que, mientras es honrada la Madre, el Hijo sea debidamente conocido, amado, glorificado” (Rosarium Virginis Marie, n.18) mediante la contemplación de los misterios de la salvación.
Así lo señaló Pablo VI: “Sin contemplación, el Rosario es un cuerpo sin alma y su rezo corre el peligro de convertirse en mecánica repetición de fórmulas” (Rosarium Virginis Marie, n.12).
Ahora que Dios ha concedido a las familias estar físicamente juntas por la pandemia, hay que unirse espiritualmente rezando el Rosario en familia. Recordemos que la “familia que reza el Rosario reproduce un poco el clima de la casa de Nazaret: Jesús está en el centro, se comparten con él alegrías y dolores se ponen en sus manos los proyectos y se obtienen de él la esperanza y la fuerza para el camino”.
Pbro. Adrián Hernández Martínez, Vicario.
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