BOLETÍN DIGITAL No. 438 “RECIBE POR ESTA SEÑAL EL DON DEL ESPÍRITU SANTO”
“RECIBE POR ESTA SEÑAL EL DON DEL ESPÍRITU SANTO”
--Capacitados para la práctica de la justicia y la reconciliación--
Nos acercamos a finalizar la iniciación cristiana infantil parroquial con la celebración del sacramento de la Confirmación el próximo sábado 14 de mayo. Pero, ¿Qué significa recibir al Espíritu Santo? ¿se reduce a aspectos personales y existenciales? ¿Por qué muchos adolescentes después de la confirmación desaparecen de la Iglesia? ¿Por qué no hay interés de promover la justicia y de contribuir en la transformación de la sociedad?
En el artículo anterior se mencionaba la relación de la confirmación con el bautismo y su dimensión eclesial, aspectos que cuando no se profundizan provocan la falta de una identidad bautismal y la falta de una experiencia de fe comunitaria que llevan a “mantener una Iglesia de cristiandad que crece más vegetativamente que por decisión propia y que no tiene futuro en un mundo cada vez más pluralista” (Víctor Codina, no extingáis el Espíritu, pág. 101).
Ahora abordaremos la Confirmación en su conexión con el don Espíritu Santo. Esto se descubre en el simbolismo de la unción, en los textos bíblicos que se proclaman durante la celebración y en las oraciones que se escuchan dentro de ella: “envía sobre ellos al Espíritu Santo Consolador: espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de fortaleza, espíritu de ciencia, de piedad y de tu santo temor”, dones que aparecen en Is 11, 1-2.
Además, cuando se dice la formula oficial del sacramento de la Confirmación se hace una referencia directa al Espíritu: “N., recibe por esta señal el Don del Espíritu Santo”. Sin embargo, es necesario recordar que el Espíritu tiene relación con la justicia hacia con los débiles: “Defenderá con justicia al desamparado y con equidad dará sentencia al pobre. Será la justicia su ceñidor” (Is 11, 4.5) y con la reconciliación cósmica de la nueva creación: “habitará el lobo con el cordero” (Is 11, 6-9). La confirmación capacita para todo esto.
Pero no basta una buena catequesis si no hay una garantía de un ambiente de fe en la familia: “El hogar debe seguir siendo el lugar donde se enseñe a percibir las razones y la hermosura de la fe, a rezar y a servir al prójimo” (AL 287). La toma de conciencia de la misión evangelizadora de la familia es clave. Padres de familia y padrinos, esto continúa…
P. Florentino Lucas Valdez, Párroco.
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