BOLETÍN DIGITAL No. 437 HOMBRE DE FIRMEZA, PERO ECUÁNIME.
HOMBRE DE FIRMEZA, PERO ECUÁNIME.
--Mons. Juan Navarro Castellanos--
De carácter ecuánime, enérgico y cauteloso fue elegido por Dios para que estuviera doce años al frente de una extensa Diócesis en la que muchas dificultades lo acompañarían a lo largo de la misión que se le fue encomendada, pero donde logró no sólo dar cumplimiento con su labor, sino también logrando adaptarse a un sinfín de acontecimientos que buscaban hacer decaer la fe.
El 31 de enero del 2004, el papa Juan Pablo II lo nombró obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Acapulco y su Ordenación Episcopal se dio al haber sido consagrado el 23 de marzo de 2004, en la Catedral “Cristo Rey” de Acapulco, por imposición de manos del Arzobispo Felipe Aguirre Franco. Sus Co-consagradores fueron, Mons. Javier Navarro Rodriguez (Obispo de San Juan de los Lagos), y el actual cardenal, Giuseppe Bertello.
Fue el 12 de febrero de 2009, cuando el papa Benedicto XVI, lo nombró Obispo de la Diócesis de Tuxpan. En entrevista, el Señor Obispo Emérito Don Juan Navarro Castellanos compartió que lo primero que pensó cuando lo eligieron ser Obispo de la Diócesis de Tuxpan, fue que “en primer lugar, no conocía Tuxpan, había oído hablar de Tuxpan, Jalisco yo soy de ese estado… de Tuxpan, Michoacán y me dicen de Tuxpan, Veracruz. Se piensan muchas cosas, y ya me daba una idea de lo que venía estando yo como auxiliar y ahora ya como el principal responsable. Me fui preparando, tuve un retiro espiritual y me fui disponiendo para después llegar a tomar posesión allá por mayo 6 del 2009”.
Recordó que antes de que llegara a la autopista y en territorio veracruzano, tuvo un cálido recibimiento por la comitiva que lo esperaba a su llegada, entre los que la encabezaban estaba el padre Tino. Para él un momento muy significativo fue que, llegando a la parroquia de Plan de Ayala, dejó la imagen de la Virgen de “San Juan de los Lagos”, a pesar de que ese era un regalo que le habían brindado para que lo acompañara en su viaje, sólo que decidió dejarla en esta parroquia al considerar que sería lo más adecuado.
No obstante, el tiempo que tardó en adaptarse no fue mucho debido a que de inmediato tuvo que entrar en acción, visitó a las diferentes parroquias, templos de la Diócesis y aunque su plan era esperar por lo menos un año para ir conociendo a los sacerdotes, todo se fue dando en tiempo y forma. Continuará…
Pbro. Adrián Hernández Martínez, Vicario.
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