BOLETÍN DIGITAL No. 437 “EL ESPÍRITU DEL SEÑOR ESTÁ SOBRE MÍ” (Lc 4,18)

“EL ESPÍRITU DEL SEÑOR ESTÁ SOBRE MÍ” (Lc 4,18) 

--El sacramento de la Confirmación--

Hemos finalizado la celebración de las primeras comuniones: aquí en la sede parroquial fueron 55, en la capilla del Sagrado Corazón de Jesús 21 y en la capilla del Perpetuo Socorro 11, para un total de 87 niños. Toca ahora celebrar el sacramento de la Confirmación en tres grupos: el primero será el próximo sábado 8 de mayo, a las 12 horas; el segundo y el tercero el sábado 14 de mayo, a las 10 y 12:30 horas respectivamente. 

El sacramento de la Confirmación está en relación con la unción. Este signo “se reservaba en el Antiguo Testamento a los reyes de Israel para que recibieran la fuerza del Espíritu en orden a practicar el derecho y la justicia especialmente con los pobres (Sal 72,1), después se extendió a los sacerdotes (Ex 30,22) y, metafóricamente, a los profetas (Is 61)” (Víctor Codina, no extingáis el Espíritu I Ts 5,19, Una iniciación a la Pneumatología, pág. 95).

Esta unción “alcanza su plenitud en Jesús, el Cristo, que en su bautismo en el Jordán vio descender sobre él el Espíritu en forma de paloma (Lc 3,21-22) y, así ungido por el Espíritu, fue enviado a anunciar el evangelio a los pobres y la liberación de los cautivos (Lc 4,14-22) y pasó por el mundo haciendo el bien, curando a los oprimidos por el diablo (Hch 10,38)” (Ibid.). El sentido de la confirmación está en tres ejes básicos: su relación con el bautismo, su dimensión eclesial y su conexión con el Espíritu. Profundicemos en cada uno de ellos.

La confirmación está en relación estrecha con la iniciación cristiana de la que forma parte integrante. El Concilio Vaticano II, en la constitución sobre la Sagrada Liturgia, cuando habla de la confirmación afirma que, “conviene que la renovación de las promesas bautismales preceda a la celebración del sacramento” (SC 71). Es retomar la vida nueva del Resucitado.

Además, la confirmación tiene una dimensión eclesial que tiene como fuente el misterio de Pentecostés en el que la Iglesia surge como una comunidad misionera abierta al mundo. “El sacramento de la confirmación los une más íntimamente a la Iglesia” (LG 11), dice el Vaticano II. De aquí surge el ser misionero, el compartir la alegría de ser discípulo de Jesús, más que por proselitismo será por atracción del estilo de vida asumido. Continuará…  

P. Florentino Lucas Valdez, Párroco.

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