BOLETÍN DIGITAL No. 422 SAN JOSÉ: AMOR DOMÉSTICO AL SERVICIO DEL MESÍAS

SAN JOSÉ: AMOR DOMÉSTICO AL SERVICIO DEL MESÍAS

--Carta Apostólica “Con corazón de Padre”--

Con motivo del 150 aniversario de la declaración de San José como Patrono de la Iglesia Universal, el Papa Francisco aprobó la Carta Apostólica “Patris corde”. La Carta Apostólica tiene como finalidad “que crezca el amor a este gran santo, para ser impulsados a implorar su intercesión e imitar sus virtudes, como también su resolución”. En este documento el Santo Padre ofrece algunas reflexiones personales sobre la “figura extraordinaria” de San José, “tan cercana a nuestra condición humana”.

La grandeza de san José consiste en el hecho de que fue el esposo de María y el padre de Jesús. En cuanto tal, “entró en el servicio de toda la economía de la encarnación”, como dice san Juan Crisóstomo. El Papa Pablo VI observa que su paternidad se manifestó concretamente “al haber hecho de su vida un servicio, un sacrificio al misterio de la Encarnación y a la misión redentora que le está unida; al haber utilizado la autoridad legal, que le correspondía en la Sagrada Familia, para hacer de ella un don total de sí mismo, de su vida, de su trabajo; al haber convertido su vocación humana de amor doméstico en la oblación sobrehumana de sí mismo, de su corazón y de toda capacidad en el amor puesto al servicio del Mesías nacido en su casa”.

La Carta Apostólica aborda siete aspectos sobre la paternidad espiritual de San José: “padre amado”, “padre en la ternura”, “padre en la obediencia”, “padre en la acogida”, “padre de la valentía creativa”, “padre trabajador” y “padre en la sombra”. “Todos pueden encontrar en San José, el hombre que pasa desapercibido, el hombre de la presencia diaria, discreta y oculta, un intercesor, un apoyo y una guía en tiempos de dificultad” (Patris Corde). 

San José nos recuerda que todos los que están aparentemente ocultos tienen un protagonismo sin igual en la historia de la salvación. A todos ellos va dirigida una palabra de reconocimiento y de gratitud. En este tiempo tan difícil que estamos viviendo, tal vez podemos estar un poco adormecidos, desesperados, pero existe este secreto de la vida que nos une, que nos sostiene, que nos prepara, y esto es lo que José y María viven primero. Son personas a las que hay que seguir su ejemplo y a las que hay que encomendarse.

P. Adrián Hernández Martínez, Vicario.


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