BOLETÍN DIGITAL No. 419 “EL SEÑOR TE BENDIGA Y TE PROTEJA” (Núm 6,24)
“EL SEÑOR TE BENDIGA Y TE PROTEJA” (Núm 6,24)
--2021: por un pueblo protagonista, no manipulable--
Para muchos, el año 2020 que estamos terminando no cuenta en su calendario personal, familiar y social porque ha sido un tiempo difícil. Cada uno de nosotros ha vivido muchas experiencias, emociones y penas, así como pérdidas de todo tipo y frustraciones. La pandemia, de forma drástica y dramática, nos ha cambiado la vida. Sin embargo, el paso del tiempo no lo podemos borrar, ha dejado ya su huella en nosotros, nos guste o no.
Muchos han actuado de forma irresponsable que parece que la pandemia y el coronavirus son efecto de la ciencia ficción o de teorías conspiradoras. Un porcentaje elevado de la población mexicana actúa de forma altanera y egoísta, sin asumir las medidas sanitarias en la convivencia, además de la soberbia y mentira del gobierno federal como constante.
De tal manera que se da una desafortunada combinación entre el desprecio individual por la pandemia y el discurso malintencionado de los responsables sanitarios, vislumbrando un panorama en el que podríamos enfrentar otros seis meses de duros contagios y defunciones, por más que nos digan lo contrario y a pesar de que la vacuna ya se distribuye, pero no basta.
En el año nuevo escucharemos: “El Señor te bendiga y te proteja” (Num 6,24). Es la bendición divina que nos lleva a sabernos amados por Dios en el niño Jesús. Este amor puede ser el motor para que los deseos que nos intercambiemos en el 2021 sean en la dirección de asumir compromisos en la construcción de una Iglesia doméstica; de seguir buscando juntos los caminos de respuesta al Dios de la historia en su paso por la Diócesis (Plan Diocesano).
Entre los creyentes del Dios, que ha venido humildemente en el niño Jesús y que aprendió a vivir en medio de nosotros, están también los deseos de ser aprendices del complejo oficio de vivir con la pandemia; de salir adelante con coraje de la crisis económica, sin reducir la economía a la distribución de subsidios sociales; de que la política no es solo votar, sino buscar el diálogo en el disenso, para encontrar el bien de la comunidad en base a un programa y no de somníferos de buenas intenciones e idealismos del bienestar y honestidad. Hay que aprender a ser Pueblo, pero de Dios, no manipulados, sino protagonistas. ¡Feliz año 2021!
P. Florentino Lucas Valdez, Párroco.
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